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AXAN TIKATE INKAHUITL…YA ES EL TIEMPO Y ESTAMOS AQUÍ CUMPLIENDO

Por la abuela Huitziehecatl

Estamos aquí reunidos para cumplir un ordenamiento…un mandato…una Consigna… un destino que nos heredaron nuestros sabios ancestros marcando, a través de la celebración de los 700 años de la fundación de la Gran   Tenochtitlan y del día internacional de los Pueblos Indígenas, en cuyo marco se realiza este encuentro, el inicio de una nueva etapa de transformación profunda que, sacudida por nuestras raíces, nos permita dar a luz un nuevo orden económico, político y social en nuestro país. El Gran reto es que ese cambio se dé en luz, paz y armonía a través de la manifestación de la Verdad.

Y… ¿cuál es esa verdad?

    -Que el tiempo de ser un pueblo colonizado que ignora su propia identidad, llegó a su fin.

   -Que nuestras raíces y esencia original siguen vivas acabando con la concepción de que el pasado antiguo muerto está y que no existe vínculo vigente o continuidad con el aquí y el ahora.

   -Que no solo somos trece sino miles los abuelos, guardianes del tradición y costumbre, danzantes del sol y de la luna, sahumadoras, barrenderas del astral, danzantes mexicas y atlante mayas, artesanos y artistas, tonalpouhques, tlamatinimes, e integrantes de numerosos calpullis, centros de enseñanza y medios de difusión conscientes, que estamos de pie como semillas vivas de la herencia ancestral.  

   -Que llegó el esperado momento para que los miles de anahuacas-toltecas-mexihcas que hemos introyectado la Consigna de Anahuac en nuestro ser, nos demos a la tarea de levantarla, reconociendo la necesaria contribución específica de cada uno para lograrlo. Nadie más que el otro; todos igualmente importantes.

El camino para cumplir con nuestro destino nos lo dejaron claramente trazado mas no debemos perder de vista que, en realidad, formamos parte de un plan mayor …que todo está orquestado desde lo alto y que lo único que se requiere es que cada uno lime su piececita y tome el lugar que le corresponde en el gran rompecabezas de erigir al México del siglo XXI con base en nuestra identidad cultural.

Y ¿qué es lo que, a cada uno, desde nuestras propias trincheras, nos corresponde hacer?

1° Restituir nuestra memoria histórica para despertar el    orgullo de ser parte viva de nuestra milenaria Civilización  Anahuaca fincada en un espíritu pacifista y de servicio; el amor a la grandeza de la vida y el respeto a todo lo que vive; el desarrollo de la ciencia y el arte como forma de cultivar el espíritu de la persona; la trascendencia espiritual como propósito de existencia y la búsqueda del bienestar común entre todos y para todos, como ejes de nuestra identidad cultural.

2° Tomar consciencia de que nuestro origen es divino propiciando así, el renacimiento de la espiritualidad indígena que va más allá de la religión; pues se basa en la conexión directa, de cada uno con Dios; sin intermediarios.

3° Actualizar y hacer asequible la Consigna legada por nuestro Huey Tlatoani Cuautemotzin pues nos encontramos en un tiempo - espacio muy diferente.  Planetarizarla es, incluso, nuestra obligación para dignificar las formas de vida en el nuevo ciclo cósmico de nuestra existencia como planeta y como humanidad.

4° Reconocer que la pluralidad cultural, étnica y lingüística de las naciones indígenas que perviven hoy día en nuestro territorio provienen de una misma matriz filosófica, religiosa y cultural, la Toltecayotl que fue justo la que nos dio continuidad como civilización durante miles de años.

5° Dar a los pueblos originarios el lugar que les corresponde como centro y eje de esta transformación pues la tarea de reconstrucción habrá de partir de lo local; de la comunidad, del municipio indígena que es donde los pueblos habrán de ejercer su libre determinación y autonomía para hacerse cargo de su desarrollo y bienestar común.

6° Hacer realidad la participación de los pueblos en la vida pública como entes colectivos en ejercicio de su libre determinación y autonomía, con pleno respeto a sus formas de gobierno y sus sistemas normativos pues es a través de la cosmovisión propia que los une, de sus usos y costumbres, de sus prácticas colectivas como el tequio y el trueque, y de sus saberes y sus luchas por la autodeterminación y autonomía, que ellos se expresan.

7° Incorporar en la educación el conocimiento de la cosmovisión y sabiduría de nuestros ancestros basadas en una lógica y racionalidad totalmente distintas a la visión eurocentrista bajo la que hemos sido educados: el sentido místico espiritual de la vida; su dimensión galáctica; la concepción del mundo como campos de energía; la relación del micro con el macrocosmos; la responsabilidad del hombre para interactuar como equilibrador entre la naturaleza y el cosmos; la conciencia de nuestro origen divino como eje de nuestra existencia; el reconocimiento de Teotihuacan y Quetzalcoatl como las expresiones más acabadas del esplendor Tolteca.

8° Dar a la educación la función de ser promotora del desarrollo espiritual y artístico; la formación en valores y principios para una vida recta que permita encontrar el equilibrio existencial y la plenitud armónica personal, familiar y comunitaria.                 

 9° Hacer un cambio radical en las formas de gobernanza dando prioridad a destruir nuestra corrompida vida pública y al paternalismo. Ello implica la instrumentación sistemática de acciones para mejorar la calidad y nivel de vida de nuestro pueblo y el sustentar nuestro desarrollo como país no en la acumulación de la riqueza material a través de la explotación de la naturaleza como formas de vida, sino en el bienestar de todos, entre todos y para todos.

10° Reconocer que a México le corresponde asumir un papel protagónico en el nuevo amanecer espiritual de la humanidad por ser la civilización que ha logrado el mayor grado de desarrollo humano y guardar las formas de haber vivido en unidad con todo lo existente y en sintonía con el orden cósmico divino.

11° Dar a conocer al mundo la esencia ética y filosófica de nuestra sabiduría ancestral pues contiene las claves para enfrentar los desafíos del futuro como país y como planeta; para fungir como puente entre tradiciones espirituales que nos permitan construir un mundo de paz y con responsabilidad hacia generaciones futuras y

12° Lograr que la Toltecayotl se viva como el patrimonio cultural intangible más valioso de nuestra milenaria civilización anahuaca y como nuestra aportación más importante para la humanidad.

Ciertamente deberán transcurrir centenas de años para que podamos asumir nuestra identidad cultural: para que dejemos de intentar ser lo que no somos y aceptemos plenamente lo que esencialmente, nos hace ser: una nación de naciones forjada por la potencia del espíritu, la mística de la superación y la incansable voluntad de acción.

Con base en la certeza que radica en mi corazón, confío plenamente en que, inspirados en los valores, principios y actitudes que los viejos abuelos utilizaron para llegar al cenit de su desarrollo y evolución espiritual, comprobaremos que, en nuestro ADN, perviven la fuerza ancestral que nos guía y orienta y la consciencia de que todo debe ser reordenado acorde a las Leyes que rigen nuestro origen divino, sustentadas en la Unidad con el TODO.

Lo trascendente es que todos nosotros estamos aquí y ahora en el eterno presente, que es el único tiempo que existe, dispuestos a hacer que el sueño colectivo que nos une, se cumpla.

Quisiera para finalizar mí participación, compartirles una visión que tuve hace aproximadamente 25 años y que ha estado esperando este sagrado momento para ser compartida. La intitulé EL UNIVERSO NOS CONVOCA  A  CONVOCAR….PARA ACTUAR

Su propósito: imbuir la certeza de QUE TENEMOS LA CAPACIDAD DE COCREAR NUESTRA REALIDAD y que requerimos del poder colectivo para su manifestación.

La convocatoria es en sí, para que asumamos la responsabilidad del restablecimiento social de la salud física, mental y emocional; la expansión de la consciencia y el desarrollo espiritual en nuestro país.

TAREAS SUGERIDAS:

1)  Entretejer redes: saber cuántos somos, dónde nos encontramos y la vocación que nos hace ser.

2)  Convocar a convocar para actuar. Que cada día seamos más y más convocando a recuperar nuestra identidad cultural…sin distinción de género, credo religioso, afiliación política y posición económica. Entonces entraremos en la unidad que tanta falta nos hace.

3)  Formar Concejos de Abuelos Sabios a lo largo y ancho de nuestro territorio para que, quienes nos asumimos como portadores de la palabra antigua y estamos comprometidos con la responsabilidad de hacerla florecer, alcemos nuestra voz para transmitir un solo mensaje: el resurgimiento de nuestro propio rostro y corazón verdadero comenzó ya.

4)  Salir a visitar casas de cultura, centros de despertar de la conciencia, espacios de desarrollo humano y espiritual, calpullis, universidades, espacios artísticos, escuelas iniciáticas y demás organizaciones afines para que salgamos a las calles, a manifestar públicamente el amor por lo nuestro; a plantear que la responsabilidad de transformar a Mexhico es de todos y a compartir las formas de vida ancestrales, que nos corresponde retomar.

5)  Tapizar las calles de barrios, pueblos y alcaldías en todo el país con mantas, cartelones y espectaculares con mensajes plenos de esperanza y alegría para que todo cambie, dese la raíz, en luz, paz y armonía.

6)  Salir a las calles en cualesquiera de nuestras edades y género a despertar la sensibilidad hacia las formas en que nuestra identidad cultural se expresa. Ello a través de la música, la poesía, el canto, la danza, el teatro, la escultura, la pintura, la literatura, la narración de cuentos y leyendas, la fotografía, el cine, la artesanía, las artes marciales y también a través del otorgamiento amoroso de servicios, entretejiendo la fuerza colectiva capaz de transformarlo todo.

7)  Que en cada colonia o barrio se abran Círculos alrededor del Abuelo Fuego para escuchar la palabra de los más despiertos, se organicen tianguis basados en el trueque como forma de pago y el tequio como forma de pago y que se ofrezcan, en el marco de a ayuda mutua, los servicios que cada uno puede brindar a sus vecinos: compra de insumos; preparación de alimentos; cuidado de niños, ancianos y enfermos; limpieza, construcción y mantenimiento de nuestras casas; manejo de composta, cuidado de jardines, paseo de mascotas; servicios de sanación, limpias energéticas, constelaciones familiares y comunitarias, trabajo social, asesoría legal, arquitectura.

8)  Que en todo pueblo o barrio, las mujeres manifestemos nuestra adhesión a una transformación profunda y pacífica, a través de barrer en nuestras casas y calles la enfermedad, la pobreza, el alcoholismo, el divisionismo, la violencia intrafamiliar, la pérdida de respeto por los grandes, el narcotráfico, el olvido de nosotros mismos…y de sembrar, a cambio lo que sí somos desde nuestra esencia: energía, luz, paz, equilibrio, armonía, unidad, salud, orden, amor, belleza , justicia, psperidad y abundancia.

De esta manera estaremos generando las condiciones para que LA VERDAD NOS SEA AMPLIAMENTE DEVELADA y entretejer entre quienes podamos enarbolar una misma bandera: la de UN…IR:

UN…IR hacia la sociedad civil organizada para la solución local de sus problemas.

UN…IR hacia el reconocimiento de los límites de la libertad individual y la protección de los intereses de la colectividad.

UN…IR hacia la fecundación recíproca de culturas, filosofías, religiones y tradiciones.

UN…IR hacia la luz, la paz, la armonía, la verdad, el amor y la libertad.

UN…IR hacia la sabiduría ancestral como el camino a seguir.

UN…IR hacia levantar nuestro espíritu colectivo, único capaz de transformarlo todo.

UN…IR hacia la construcción de un nuevo orden económico, político y social en nuestro país, basado en nuestra verdadera identidad.

UN…IR hacia la demostración de que pudimos retomar nuestro rostro sabio y corazón verdadero modificando así, nuestro destino.

POR MANIFIESTO DEL DESTINO, POR MI RAZA HABLA YA EL ESPÍRITU

Abuela Huitziehecatl
Círculo de Abuel@s Sabios de Sabiduría Ancestral 

Palabra dada en el Encuentro de Abuelo Sabios en el Auditorio de la Alcaldía Cuauhtémoc, el 8 de agosto del 2025

El Fin de los Tiempos Rumbo al Sexto Sol
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